Aceptar que todos los caminos llevan a Roma, por Esther Lanaspa

Salta a la vista la flexibilidad de los programas de las facultades de Montreal. El tronco común obligatorio es reducido y permite a los estudiantes elegir vías de especialización desde el segundo año. Este funcionamiento es una forma de implicar al estudiante en sus estudios y su futuro. “Los jóvenes canadienses se benefician de una cultura que los prepara a elegir y a aceptar el error; en resumen, a ser adultos”, destaca Lanaspa.

Barcelona debería apostar por responsabilizar a los estudiantes y dejarles más elección en sus programas. “Los programas universitarios podrían ser repensados para introducir modularidad, con vías de especialización y materias optativas más temprano”, añade Lanaspa. De este modo, los estudiantes evalúan el contenido de los cursos y la reputación del profesor y esto colleva un juicio de calidad de la enseñanza. “Es un riesgo que hay que aceptar y gestionar para permitir que cada uno elija su propio camino“, concluye Lanaspa.

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