La Barcelona Industrial después del Covid

La fuerza de Barcelona residirá en su agilidad para adaptarse y romper con las convenciones para reinventar la ciudad donde queremos vivir.

La Industria se define como: “actividad económica y técnica que consiste en transformar las materias primas hasta convertirlas en productos adecuados para satisfacer las necesidades del hombre.” A la luz de esta definición, entendemos la importancia del sector industrial en el desarrollo de una región. En Catalunya el sector de la industria representa un 20% del PIB de la región. 

La industria catalana gira alrededor de los sectores de la alimentación (Nestlé, Danone, Cargill), de la química, perfumería y droguería, y el sector automóviles (Seat, Nissan), entre otros. 

En los últimos años la industria se ha ido modificando gracias al desarrollo de las fábricas inteligentes, de la digitalización de los sistemas informáticos, del big data. La industria del futuro, 4.0, busca ser más interconectada, flexible y autónoma. 

Es importante destacar, que el confinamiento ha generado una disminución de la actividad. Nos ha permitido reflexionar más allá del día a día y pensar más en el futuro para sobrevivir a otra crisis.

La crisis también ha acelerado y creado nuevos hábitos de consumo, está cambiando nuestra sociedad, el mundo laboral, la movilidad, las prioridades de las personas todo esto afecta al sector industrial.

La Barcelona post-covid y la Industria 

Reto: la movilidad

Uno de los retos importantes para la industria de Barcelona en los próximos años, será transformar y dinamizar su industria automovilística. Los productos del sector automotor se han vuelto más complejos, utilizan nuevas tecnologías que necesitan cada vez más mantenimiento; no son tan atractivos para adquirir.

Además, la movilidad está cambiando, a los consumidores no les importa poseer sus medios de locomoción.

Reto: digitalización

Por otro lado, las máquinas, sistemas de información y mercancías se comunican constantemente gracias a sensores integrados. La cadena de suministro se vuelve transparente y más eficiente. Se integra en las operaciones de producción.

Por ejemplo, durante la pandemia, los consumidores se han movido drásticamente hacia los canales en línea. Las empresas e industrias han respondido a su vez.

Además, hemos visto la aparición de etiquetas que informan sobre la calidad de la fabricación de los productos de la industria de alimentos, cosmética y de moda.

Esto quiere decir que, la información sobre los productos está mucho más accesible y empieza a cambiar los hábitos de compras. Los consumidores demandan una producción más local, sostenible, respetuosa con medio ambiente y con el propio consumidor.

La clave para Barcelona podría ser promover su industria local con una etiqueta “Made In Barcelona”.

Reto: el mundo laboral

La pandemia ha revolucionado el mundo laboral. Hemos asistido a una aceleración de la transformación digital y las nuevas tecnologías al precipitar a los trabajadores cuando su puesto lo permite: teletrabajar.

El teletrabajo ha permitido una mejor gestión de la propagación del Covid-19. Además, puede mejorar la calidad de vida en el trabajo, dando más flexibilidad y confianza a los empleados.

Imaginamos que en un mundo post-covid, los empleados no se mueven cada día y eligen dónde vivir en función de la calidad de vida que cada uno desea, sin depender del lugar de la empresa.

Es decir, más flexibilidad y más digitalización en el trabajo puede ser una ventaja enorme para Barcelona y su región. El objetivo de esto será atraer y retener talento que pueda desarrollar el sector industrial.

Industria interconectada, flexible y autónoma

La crisis ha afectado a la mayoría de nuestros hábitos. Ahora, más que nunca, la industria del futuro, la industria 4.0, debe estar más interconectada, ser más flexible, autónoma, más cercana al consumidor final, respetuosa con el medioambiente y más sostenible. El covid no solo ha afectado al sector industrial, sino a toda la economía, ha transformado nuestras sociedades, hábitos y prioridades. Pero la pandemia terminará, y la fuerza de Barcelona residirá en su agilidad para adaptarse y romper con las convenciones para reinventar la ciudad donde queremos vivir.

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