Barcelona emprende

Durante los últimos 20 años Barcelona se ha posicionado como una de las ciudades líderes en emprendimiento. Hoy Barcelona se enfrenta a nuevos retos y oportunidades para evolucionar su modelo de éxito

Si uno piensa en Barcelona, no solo nos viene a la cabeza sol, gastronomía o calidad de vida sino también una historia empresarial exitosa con casos como el de Joan Batlló o Ferran Fabra i Puig en la industria textil; o casos como el de Marc Viader (Cacaolat), Jaume Santiveri, Isaac Carasso (Danone) o Santiago Daurella (Coca Cola) en la indústria alimentaria.

Sin duda, estas han sido las bases que junto a una cultura inquieta como la catalana han empujado a la ciudad de Barcelona a convertirse en uno de los epicentros de innovación y emprendimiento del mundo ocupando la 3a posición como ciudad Europea para emprender según el estudio Startup Heatmap. ¿Qué ha pasado en los últimos 20 años para que hoy Barcelona sea un referente mundial?

En primer lugar, existen múltiples ejemplos de éxito recientes, de empresas que han nacido, escalado y consolidado desde Barcelona. Desde unicornios como eDreams, Wallbox, Glovo, Travelperk y recientemente Factorial, hasta otros proyectos de éxito como Social Point, Atrápalo o Fractus. Todos ellos han contribuido a atraer inversión financiera y a crear un ecosistema de capital privado y venture capital cada vez más maduro con empresas relevantes como Inveready, Nauta Capital, CaixaBank Capital Risc o Sabadell Venture Capital entre otros.

En segundo lugar, la institucionalización del ecosistema emprendedor con la creación de organizaciones públicas y privadas como son Barcelona Activa, Barcelona Global y Tech Barcelona han ayudado al desarrollo de nuevas iniciativas empresariales.

Si bien es cierto que hay motivos de sobra para celebrar el posicionamiento alcanzado en los últimos años, todavía queda mucho camino por recorrer.

Un informe reciente (Mapping Spain’s Tech Sector) reza que solo el 20% de las startups fundadas en España entre 2017 y 2021 ha logrado escalar. Si Barcelona quiere conseguir mejorar estas estadísticas debería centrarse en tres ejes de trabajo: talento, financiación y mentalidad.

Talento: se trata no sólo de atraer sino de retener

Es imprescindible el talento para seguir creciendo. Todos coincidimos en que Barcelona cuenta con talento preparado técnicamente y universidades de prestigio, pero la falta de una fiscalidad adecuada ha hecho que mucho de este talento buscara otros destinos para desarrollar sus proyectos profesionales. La reciente Ley de Startups aprobada va en la buena dirección a pesar de que todavía quedan muchas cuestiones por resolver según indican los expertos.

Financiación: la influencia que requiere nuestro ecosistema

Los fondos tienen predilección por las empresas que tienen más cerca. En palabras de Oscar Pierre ‘los venture capital internacionales tienen una influencia enorme en el ecosistema en el que se encuentran ubicados’. Para consolidar la disponibilidad de capital es necesario o bien desarrollar corporate venture capital de la mano de las empresas industriales establecidas en Cataluña o bien atraer empresas internacionales de venture capital a Barcelona. Para atraer a éstas últimas es imprescindible no solo mejorar la ya citada fiscalidad, sino que reduzcamos las trabas burocráticas y la inseguridad jurídica.

Mentalidad: se trata de pensar en grande

Nuestro ecosistema es quizás algo más cerrado que otras ciudades europeas. A la hora de emprender todo eso debe quedar atrás y transformarse en pensamiento positivo y en grande (think big). Para ello, no solo hay que respaldar las iniciativas emprendedoras de cualquiera de nuestro entorno, sino que, como sociedad debemos dar eco, aplaudir y admirar a aquellos que han iniciado un proyecto.

No obstante, no entendemos el emprendimiento únicamente como un éxito individual sino como el logro de la sociedad en su conjunto que ha conseguido crear los mecanismos necesarios para hacer realidad un proyecto empresarial y generar riqueza. Por ello, debemos escoger muy bien el modelo de ciudad que queremos construir y crecer como sociedad sin generar grandes desigualdades ni jerarquías, dado que, de lo contrario, corremos el riesgo de cometer los mismos errores que Silicon Valley.

Y es precisamente de EE. UU. de donde viene el término network effects. Describe situaciones en las cuales el beneficio de utilizar un producto aumenta cuando otros lo utilizan. ¿Un ejemplo claro? Facebook. Lo utilizas si lo utilizan tus amigos, y viceversa. Y cuantos más amigos tengan un perfil, mejor.

La Barcelona emprendedora ya genera network effects sólidos que nos hacen ser muy optimistas sobre el crecimiento de la ciudad como polo de atracción de talento y generación de nuevas startups.

Emprendedores que reinvierten en el ecosistema emprendedor

En Barcelona conviven hoy nuevas iniciativas empresariales con empresas que han pasado por todo el ciclo de emprendimiento.

Por un lado, estas empresas empiezan a tener exits significativos o una escala que permite a los fundadores reinvertir en el ecosistema y apoyar nuevas startups como Business Angels o levantar sus propios fondos de Venture Capital.

Por otro lado, los empleados de empresas de éxito son potenciales candidatos a ser emprendedores en su ciudad. El ejemplo más conocido globalmente es PayPal, de cuyos empleados (posteriormente nombrados la ‘PayPal mafia’) salieron empresas como Youtube, Tesla, LinkedIn o Yelp. Otro ejemplo más cercano sería Glovo, donde sus empleados ya han fundado más de 20 iniciativas emprendedoras.

El talento atrae talento

Parece baladí, pero Barcelona está consiguiendo atraer cada vez más talento gracias a haberse posicionado como un hub tecnológico y de emprendimiento donde el propio talento genera nuevos puestos de trabajo de empresas que deciden venir a Barcelona ya que encuentran personal cualificado.

Sin duda los retos a los que se enfrenta Barcelona son mayúsculos y es responsabilidad de todos continuar evolucionando el sistema de éxito de la ciudad para mantener su hegemonía en el ecosistema emprendedor. El primer paso es no conformarse. Tener una de las ciudades más atractivas para vivir en el mundo, empresas de renombre, emprendedores que reinvierten en el ecosistema, talento internacional que atrae a más talento, instituciones de investigación pioneras y respaldo institucional; no asegura que algún día no pueda cambiar la situación actual.

Tenemos que seguir trabajando el círculo virtuoso del presente y ser un referente de liderazgo a futuro.

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