La Barcelona de la cultura: tres retos para un sector clave en la ciudad
Maria Souza Mundí
Corporate Relations Specialist at UPF Barcelona School of Management
Valeria Andrade Ycaza
Project Manager at Barcelona Global
La cultura forma parte del ADN de la ciudad y es una herramienta fundamental para posicionar Barcelona entre los mejores destinos del mundo
Barcelona es una ciudad llena de vitalidad cultural. Es reconocida mundialmente tanto por sus museos, que ofrecen un contenido poco convencional en arte contemporáneo, de autor, románico o modernista, entre otras vertientes, como por ser la capital mundial del libro en español – ya el Quijote nos hablaba de las imprentas de Barcelona, comenta Núria Cabutí, CEO de Penguin Random House Group – generando también un gran ecosistema editorial y un numeroso colectivo de profesionales que ha consolidado la industria.
La ciudad también destaca por tener una gran variedad de festivales culturales (más de 170 al año), además de grandes instituciones y espacios donde poder disfrutar de estos espectáculos. Tiene una potente red de bibliotecas y librerías y un gran número de galerías de arte de índole muy diversa y es conocida mundialmente por su arquitectura, así como por haber sido el hogar de artistas tan conocidos como Miró, Picasso, Gaudí o Dalí que han dejado huella en el carácter y la vida cultural de la ciudad.
A su vez, Barcelona cuenta con una potente industria audiovisual, que se está viendo nutrida por escuelas como el ESCAC, el cual está dando unos frutos espectaculares con actores, actrices y profesionales de primer nivel, a pesar de ser un sector que está sufriendo la succión de la capitalidad por la potencia de la industria vinculada a la televisión.
Y no debemos olvidar que Barcelona se está convirtiendo en un importante hub europeo en la industria del videojuego, que ha sabido crear un potente pozo creativo industrial y cultural a partir de un nuevo sector en emergencia, que hoy cuenta con cerca de 150 empresas en la ciudad.
Todo esto no hace más que constatar que la cultura forma parte del ADN de la ciudad, y que es una herramienta fundamental para construir nuestra sociedad y posicionar Barcelona entre los mejores destinos del mundo.
No obstante, la ciudad debe enfrentarse a toda una serie de retos para situar la industria en el lugar que se merece. Destacamos tres:
1- Falta de recursos
La cultura en Cataluña representa el 3,5% del PIB, pero solo se le destina el 0,65% del presupuesto. La anterior crisis económica ya llevó a la industria a una posición vulnerable, pero las restricciones causadas por la pandemia han puesto al sector cultural contra las cuerdas. La situación económica y las realidades son distintas según cada ámbito: la industria cultural de la ciudad está formada tanto por grandes empresas con un modelo de negocio propio -como sería el mundo editorial-, como por instituciones culturales que dependen de financiación pública y privada para llevar a cabo los proyectos previstos. Ainhoa Grandes, presidenta de la Fundación MACBA y vicepresidenta tercera del MACBA, apuesta por que los museos cuenten con recursos propios que supongan hasta un 30% del presupuesto, que el 50% del mismo sea de aportación pública y el restante provenga de la sociedad civil. Este último tipo de recaudación tiene su propio debate, ya que muchos agentes culturales piden un cambio en la Ley de Mecenazgo actual.
2- Educación y promoción de la cultura
Con la falta de visitantes debido a la pandemia, Barcelona solo ha podido contar con el público local, a quien le está costando consumir cultura una vez levantado el confinamiento. Más allá del miedo al contagio o a la crisis económica que muchas familias están viviendo, es necesaria una mayor educación y promoción de la cultura entre los propios barceloneses. Martín Pérez, CEO de Concert Studio, destaca que tenemos una oferta única en Barcelona, de la que debemos estar muy orgullosos. Pero para poder estarlo, debemos conocerla mejor, desde edades tempranas, para así desarrollar nuestro sentido más curioso y no tener miedo a no entender una obra. Además, también es necesaria la ayuda de los medios de comunicación para poder llegar al mayor número de espectadores posible.
3- Falta de gobernanza, consenso y ambición
Es necesaria una colaboración público-privada fuerte para llegar a acuerdos y establecer prioridades para ayudar a salir adelante al sector cultura, que sirve de motor para impulsar actividad económica en otros ámbitos. ¿Hermitage, si? ¿Hermitage, no? Parece ser el único debate sobre la cultura en Barcelona. Por otro lado, sumar fuerzas entre los propios agentes de la cultura también ayudaría a la promoción de la industria, a nivel local y también internacional. Un ejemplo de ello es Barcelona Obertura: tres entidades que se unen cada temporada para organizar juntas una agenda única de música clásica y un festival, para promover Barcelona en el mundo como destino musical.
Pese a que la Barcelona de la cultura tiene algunos desafíos por delante que dificultan su desarrollo, sus fortalezas la ayudarán a resurgir cuando la crisis mejore. Todos lo necesitamos, ya que, seguro que cuando la verdadera normalidad regrese, agradeceremos pasar horas en una librería, ver una película en un cine, ir con nuestros amigos a un concierto o quedarnos mirando media hora un cuadro y entender porque su título es ‘Sin título’.
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