La Barcelona de la medicina y el sector farmacéutico


Marc Armet
Investor Relations Manager en Capital Cell

Anna Sanramón
Consultora Senior en Vinces Consulting
Contexto
Actualizar los esquemas de colaboración público-privada entre el sistema sanitario catalán y la industria de la salud y la biomedicina es una necesidad inaplazable en Catalunya. No en vano, el plan Catalunya lidera incluye este sector entre los sectores estratégicos para la transformación y modernización económica del territorio, donde la colaboración con el sector de la investigación, los servicios financieros y la administración pública es fundamental.
El sector de la salud es el tercer sector en ocupación y en aportación al PIB catalán. La industria catalana de la salud y las ciencias de la vida cuenta con más de 1.500 empresas que facturan más de 44.757 millones de euros (7,6% del PIB en Catalunya) y concentran casi el 50% de la industria farmacéutica del conjunto del Estado.
Además de un tejido industrial químico farmacéutico de larga tradición con compañías como Esteve, Almirall, Ferrer o Reig Jofré, Catalunya ha atraído a grandes multinacionales que han reforzado su posicionamiento internacional como hub de I+D. El nuevo hub de AstraZeneca y Alexion confirma su atractivo global.
Las universidades catalanas son clave en este ecosistema: tres de ellas (UAB, UPF y UB) figuran entre las 200 mejores del mundo. Desde 2014, se han creado 582 nuevas empresas en el sector, de las cuales el 22% son spin-offs. El crecimiento acelerado de los sectores de salud digital, biotech y medtech es prueba del potencial innovador de la región.
Catalunya también es líder en investigación e innovación en España, representando más del 30% del total del país con 93 centros de investigación. En 2024, se llevaron a cabo en Catalunya el 87,2% de los ensayos clínicos del país, situándola en la quinta posición en Europa y la octava en el mundo. Catalunya ocupa la tercera posición en Europa en publicaciones científicas por millón de habitantes en Terapias Avanzadas y es número uno en publicaciones más citadas.
El sistema sanitario catalán, basado en la asistencia universal, ha sido pionero en la colaboración público-privada. Sin embargo, enfrenta nuevos desafíos que exigen la optimización de sus recursos y un compromiso con la eficiencia.
Por todas estas razones, el ecosistema catalán de las ciencias de la salud, y Barcelona como epicentro, tienen las condiciones para consolidarse como referente global. Para lograrlo, es esencial una cooperación eficiente entre todos los actores del ecosistema, identificando retos y sinergias que maximicen el impacto de la innovación.
Desafíos
El talento como base fundamental del ecosistema de la salud
Aunque Barcelona se concibe como una ciudad atractiva a este respecto por factores tan diversos como el clima, el nivel de vida, las infraestructuras para la investigación o su potencial para la inversión, entre otros, los esfuerzos para la retención del talento investigador serán determinantes para su consolidación en el mapa de ciudades competitivas en el ámbito científico-técnico. Contar con las herramientas necesarias para el impulso de la investigación no será suficiente si no se promueve una cultura de escucha activa y apoyo a los profesionales que les permita desarrollar una labor investigadora con un impacto real en las necesidades del sistema y del paciente.
Financiación y capital riesgo: un reto para la innovación
La región necesita desarrollar una mayor tolerancia al riesgo y un ecosistema de inversión más robusto.
Actualmente, en España, el mercado de capitales es prácticamente inexistente para el sector farmacéutico y biotecnológico, mientras que en EE.UU. está altamente desarrollado y permite financiar empresas en todas sus fases. Además, el mercado de capital riesgo cuenta con muy poca inversión especializada, lo que se traduce en una insuficiencia de capital para materializar la innovación que se genera en el país. Si no cambiamos esta realidad, muchas startups con gran potencial desaparecerán o serán adquiridas por compañías extranjeras, perdiendo así valor estratégico y capacidad de crecimiento.
Catalunya necesita una estrategia de atracción de capital más ambiciosa, que pase por la promoción internacional de sus casos de éxito, la creación de incentivos fiscales competitivos y la estructuración de nuevos vehículos de inversión adaptados a la realidad del sector. Sin una inversión adecuada, la innovación no llegará al mercado y, por tanto, no podrá transformar la vida de los pacientes.
La articulación territorial del ecosistema para maximizar resultados
Las infraestructuras científicas y de salud en la BioRegión han crecido significativamente en los últimos años. La configuración ordenada y sostenible del ecosistema es clave para maximizar la transferencia de conocimiento entre el sector académico, industrial y la administración pública. Un claro ejemplo de esta visión es el Plan Director Urbanístico (PDU) Biopol-Granvia en L’Hospitalet de Llobregat, que aspira a convertirse en uno de los polos de investigación biomédica más importantes del sur de Europa.
La generación de incentivos para la consolidación del tejido empresarial
El tejido empresarial de la salud en Catalunya es un activo clave para abordar retos asistenciales como la cronicidad y las nuevas amenazas epidemiológicas. Se requieren incentivos para el desarrollo de nuevos fármacos, la exploración de esquemas innovadores de distribución del riesgo (como la Compra Pública de Innovación) y la implementación de sistemas ágiles de evaluación, financiación y pago de la innovación farmacéutica.
En definitiva, Barcelona y Catalunya tienen el talento, la infraestructura y el ecosistema necesario para liderar la innovación en salud en Europa. Ahora, la clave es traducir ese potencial en resultados tangibles que fortalezcan su posición en el escenario global.
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