«Barcelona tiene el tamaño perfecto para vivir», por Alessandro Manetti
Alessandro Manetti, 55 años, padre de dos hijas, es originario de Florencia y ha vivido en Barcelona durante los últimos 22 años. Actualmente, es vicepresidente para Europa de LCI Education, una multinacional canadiense dedicada a la educación, que cuenta con 23 campus en cinco continentes y un equipo de más de 50 nacionalidades. En su cargo, lidera la expansión de LCI Education en Europa. En 2017, fue nombrado cavaliere de la ‘Ordine della Stella’ por el presidente de la República Italiana, un reconocimiento a su trayectoria y aportaciones. Es PhD en Design Thinking and Future Studies con la UOC y, desde el 2023, es comisario de la Barcelona Design Week y representante LCI en la comunidad New Champions del World Economic Forum.
¿Por qué escogiste Barcelona?
La verdad es que fue Barcelona quien me escogió a mí. Llegué desde Milán, sin hablar español, con la misión de fundar una escuela de diseño, lo cual ya representaba un reto bastante ambicioso. Sin embargo, fue la ciudad la que me cautivó desde el primer momento. Su energía, su espíritu creativo y su vibrante atmósfera hicieron que quedara fascinado. Aquí sigo, ahora con un nuevo reto, aún más grande e inspirador, que me motiva cada día a seguir adelante.
¿Qué aspectos de la ciudad destacarías como positivos?
Barcelona tiene una combinación perfecta: mar, montaña, un clima envidiable y un tamaño ideal para vivir. Además, es un epicentro de todo lo que me apasiona: diseño, formación, arquitectura, innovación, tecnología y la investigación de vanguardia. Lo que más me fascina es el dinamismo que caracteriza a las empresas e instituciones creativas; una energía contagiosa que impulsa a todos los que vivimos aquí a superarnos constantemente.
¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo?
Estamos recuperando el empuje de hace algunos años, pero debemos asegurarnos de no perder terreno en áreas donde ya somos fuertes, como el diseño, los audiovisuales o la tecnología. Para lograrlo, necesitamos crear un entorno favorable para los emprendedores, dar más apoyo a la investigación y fomentar la colaboración. Solo superando el individualismo podremos avanzar como ciudad y mantenernos en la vanguardia. Barcelona atrae y genera mucho talento, pero debe también aprender a retenerlo: pienso por ejemplo en políticas de incentivación fiscal para nuevas empresas y profesionales, desburocratización de procesos, aceleración de las políticas de desarrollo sostenible y de mejora de la calidad del aire.
¿Qué esperas de la Barcelona de los próximos años?
Espero que Barcelona se consolide como un polo de atracción para el talento internacional, una ciudad que lidere en investigación, innovación y desarrollo tecnológico. También sueño con ver una Barcelona más verde y comprometida con la sostenibilidad, una urbe que sea ejemplo en el rediseño de los paradigmas urbanísticos, donde se equilibre el crecimiento económico con el bienestar de sus habitantes.
¿Cuál sientes que es tu ciudad? ¿Qué es lo que más echas de menos?
Para mí, mi ciudad es aquella donde viven mi esposa Sara y mis hijas. Así que, sin duda, es Barcelona. Aquí he construido mi hogar, mi vida profesional y personal. Sin embargo, Florencia siempre tendrá un lugar especial en mi corazón, ya que allí están mis padres y una parte de mis raíces. Dicho esto, no suelo tener tiempo para echar de menos el pasado; mi curiosidad y mi carrera me mantienen enfocado en lo que está por venir.