Elisava: formación, investigación e impacto en diseño desde Barcelona
Albert Fuster Martí. Director académico de Elisava
¿A que se dedica Elisava?
Formación, investigación e impacto en diseño, ingeniería y comunicación.
¿Cuándo se fundó y cuándo empezaste a trabajar en esta entidad?
En 1961, como parte del CIC. Entre sus fundadores había referentes de la cultura y el arte catalanes del momento como Maria Rosa Farré Escofet, Alexandre Cirici Pellicer o Albert Ràfols-Casamada.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
El contacto con personas con motivación y capacidad de generar proyectos creativos en ámbitos muy diversos, con visión exploratoria y responsabilidad ética, social y medioambiental. La posibilidad de desarrollar los proyectos a nivel local e internacional, con escuelas, instituciones, empresas y ONGs con intensidad y calidad mediante productos, elementos de comunicación, espacios e instalaciones.
¿Y lo que menos?
El sometimiento a una regulación educativa excesiva, basada en un modelo pedagógico estático y convencional, que dificulta el desarrollo de iniciativas abiertas, flexibles o emergentes.
¿En que crees que destaca tu entidad?
En la visión exploratoria y reflexiva del diseño y la tecnología, mediante una mirada transdisciplinar y una intención de aplicabilidad directa al contexto local e internacional.
¿Cuál es su principal reto?
El equilibrio entre la consistencia del conocimiento y la flexibilidad para adaptarse a un entorno complejo y cambiante. En este sentido, consideramos que las personas (equipo académico, alumnado y externos) deben ser los referentes que muestren esta calidad y densidad de competencias, que pueden ser desarrolladas y aplicadas en contextos, procesos y sistemas de gran diversidad.
¿Dónde se sitúa tu entidad? ¿Sabes por qué se escogió esta ubicación?
En la parte baja de la Rambla. Tras un primer periodo en la zona alta, en la Vía Augusta, hace unos años se decidió instalarse en Ciutat Vella para formar parte de la reactivación cultural y educativa de este barrio. La decisión, no exenta de controversia, ha permitido ampliar y configurar nuevos escenarios tanto a nivel interno de la institución como del barrio.
¿Qué es lo que más te gusta del barrio en el que trabajas?
Me parece un entorno extremadamente atractivo, en pleno bullicio urbano y en relación con instituciones culturales, espacios emblemáticos y asociaciones vecinales que convierten cualquier proyecto o intervención en un proceso más rico, complejo y potente.
¿Cómo es de importante Barcelona para vuestra entidad?
Es esencial. La identidad urbana y creativa de Elisava se entiende en plena y constante relación con Barcelona, tanto a nivel local como en su imagen internacional. A su vez, creo que Elisava ha sido un agente de primer orden en la construcción de la Barcelona actual y debe ser actora en la definición de la ciudad que anhelamos.
¿Con qué ciudad compararías Barcelona?
Los referentes que siempre me vienen a la cabeza son ciudades medianas, con una identidad fuerte, como Estocolmo, Milán, Boston o Melbourne, marcadas a menudo por ser la segunda ciudad de su país, con todo lo bueno que tiene no tener estructuras gubernamentales para fomentar una ciudad basada en las iniciativas públicas y privadas motivadas y con una gran implicación ciudadana.
¿A que modelo de ciudad crees que debería parecerse Barcelona?
Creo que Barcelona tiene potencial para generar un estilo propio. Sin duda, aun no siendo objetivos directos, prefiero explorar referencias de ciudades emergentes e informales como Medellín, Dakar o El Cairo, en las que la vida urbana se desarrolla con un gran grado de libertad, a ciudades de aspecto cuasi-geriátrico como Zúrich o Hamburgo.
¿Qué buenas prácticas de otras ciudades te gustaría que Barcelona adoptara?
Considero que ciudades como Milán o Malmö están encontrado un constante equilibrio inestable entre las iniciativas emergentes y colectivas, y el proyecto de ciudad global. Creo que una ciudad es un sistema complejo, crítico y diverso, ante el cual debe actuarse en muchas capas, desde proyectos referente que aglutinen acciones y marquen identidad, a acciones concretas que consoliden el tejido y cuestionen el statu quo.
¿Qué le pides a la Barcelona del futuro?
Una mayor intensidad en las decisiones tomadas, con la confianza de que es mediante el hacer y el formalizar como podemos tantear y aproximarnos a la ciudad deseada por una gran diversidad de individuos y colectivos.
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