5 datos curiosos sobre el Park Güell

Barcelona ha sido, desde siempre, cuna de artistas que han iniciado sus carreras en nuestra ciudad: desde la pintura a la música y pasando por la arquitectura. Si hay un movimiento artístico que ha forjado la personalidad de la ciudad es el modernismo, y en gran parte es gracias a la obra del virtuoso arquitecto Antoni Gaudí.

Cuando pensamos en Barcelona se nos viene a la mente la imagen del banco ondulado recubierto de mosaico con unas vistas privilegiadas de la ciudad. Y es que todos deberíamos ver el atardecer desde ahí al menos una vez en la vida. Estamos hablando del Park Güell, una de las obras más especiales de Antoni Gaudí, símbolo de la ciudad condal, gestionado por BSM (Barcelona de Serveis Municipals).

¿Sabías que este año se celebra el 95 aniversario como parque municipal? A continuación, te traemos cinco datos curiosos que, probablemente, no sabías sobre el Park Güell.

1. Sus orígenes

Situado en el Monte Carmelo, a lo alto del barrio de Gracia, el parque fue originalmente concebido como zona residencial privada. Para nuestra suerte hace 95 años que abrió como parque municipal y a día de hoy es una de las atracciones más populares de Barcelona.

El industrial Eusebi Güell, gran mecenas del arquitecto, le encargó en 1900 la construcción de una urbanización para familias acomodadas siguiendo el modelo de los parques residenciales británicos.

Barcelona estaba en un momento de expansión tras la exposición universal de 1888, se derribaron las murallas y se empezó a trazar el plan Cerdà convirtiéndose en la ciudad moderna y dinámica que conocemos. No obstante, el proyecto de Gaudí y Güellno fue comprendido por la sociedad barcelonesa y finalmente se canceló al solo venderse 2 parcelas de las 60 previstas: la Casa Gaudí, donde el arquitecto vivió durante 54 años, y la Casa Trias.

Por suerte, a lo largo de los años el Park Güell fue ganando defensores y la ciudad tomó consciencia de lo que representaba. Tras la muerte de Eusebi Güell en 1922, los herederos vendieron el parque al Ayuntamiento de Barcelona y abrió sus puertas al público en 1926.

2. La naturaleza como inspiración

Antoni Gaudí tenía fascinación por la naturaleza y esto queda reflejado en sus obras. Todo el parque está inspirado y construido en función del entorno natural, respetando la montaña e integrándose perfectamente en su topografía, utilizando puentes y acueductos para preservarla.

Cuando pasees por el parque fíjate en las columnas, los bancos, las casas… ¡no verás nunca líneas rectas! Según el arquitecto no existían en la naturaleza.

3. El “Trencadís”

El trencadís es una técnica para el revestimiento de estructuras creando un mosaico con trozos irregulares de cerámica. Lo encontramos por todo el parque, tanto en el famoso banco como en las columnas y casas.

Es una de las huellas de identidad de la obra gaudidiana, pues le permitía usar la cerámica de manera flexible, adaptándose a la perfección a sus icónicas formas redondeadas. El arquitecto no solo representaba la naturaleza en su obra, sino que la respetaba reciclando materiales desechados de fábricas de la zona.

4. Relación con Viena

Uno de los espacios con más magia del parque son los Jardines de Austria. Cuando se canceló el proyecto de la urbanización, ese espacio se convirtió en un vivero municipal.

En 1977, durante la exposición Viena en Barcelona, el país austríaco donó una multitud de árboles a la ciudad, dotando a este espacio de una vegetación extraordinaria, aportando color y fauna al parque; de ahí su nombre.

4. La Sala de columnas inclinadas

Para acabar, no podemos irnos sin visitar la Sala Hipóstila, también conocida como la Sala de las Cien Columnas.

La Sala, inicialmente pensada para albergar el mercado de la urbanización, sirve de soporte a la explanada superior. Si te fijas en las columnas de la entrada, estas no están recta. Pues como dijo el arquitecto: “Me preguntaron por qué hacía columnas inclinadas, a lo que contesté: Por la misma razón que el caminante cansado, al parar, se apuntala con el bastón inclinado, ya que si lo pusiera vertical no descansaría”.

Gaudí respeta la naturaleza a lo largo de toda su obra y en este caso no podía ser menos. El arquitecto ideó las columnas de forma que recogían la lluvia para abastecer de agua a toda la comunidad. Si el depósito se llenaba, el sobrante sería evacuado a través del famoso dragón.

¿Aún no has estado en el Park Güell?

Si aún no has visitado el parque o tienes ganas de volver a verlo con otros ojos te dejamos aquí toda la información para acceder a él.

Existen dos puertas de entrada, la de la Carretera del Carmel para aquellos que accedan en “Bus Turístic” y la del Passatge de Sant Josep de la Muntanya, si preferís venir en metro. El parque se encuentra a 20 minutos de las estaciones Lesseps o Vallcarca, de la línea L3 y se puede subir la colina mediante unas escaleras mecánicas.

Por último, te recomendamos comprar las entradas en la web del parque, para evitar aglomeraciones en las colas de espera.