Ace Alzheimer Center Barcelona, compromiso con las personas
Miren Jone Gurrutxaga Tellería, directora general
¿Qué es Ace Alzheimer Center Barcelona?
Es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a las personas con demencia y a sus familias. Con más de 25 años de trayectoria, actualmente somos pioneros en diagnóstico, tratamiento, investigación y formación.
¿Cuándo se fundó y cuándo empezaste a trabajar en esta empresa?
El psicólogo Lluís Tárraga y la neuróloga Mercè Boada fundaron Ace en 1995. Yo comencé a trabajar en Ace en 1999.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Poder mirar a las personas y familias que conviven con el Alzheimer y saber que todo lo que hacemos es para mejorar su calidad de vida y para que un día el Alzheimer sea historia.
¿Y lo que menos?
Ver el impacto de la demencia en las familias.
¿En qué crees que destaca tu empresa?
Ace es una entidad puntera en muchos aspectos: tenemos el primer test de cribaje diagnóstico online, una de las bases de datos genética de Alzheimer más grande del mundo, somos uno de los mejores centros reclutadores en ensayos clínicos del mundo, tenemos el primer hospital de día para personas con demencia menores de 65 años… como veis, es un orgullo, pero también una gran responsabilidad liderar esta entidad.
¿Cuál es su principal reto?
Actualmente, el reto está en la detección precoz. También en la transformación digital. La pandemia nos ha ayudado a dar pasos agigantados en esa dirección, pero todavía hay mucho trecho que recorrer. Queremos poder acercar el diagnóstico de excelencia que realizamos a cualquier persona del mundo que no tenga cerca un centro médico y poder darle una atención integral.
¿Dónde se sitúa tu empresa? ¿Sabes por qué se escogió esta ubicación?
Actualmente, Ace tiene diversas sedes físicas en Les Corts, Barcelona. Originalmente se fundó en ese distrito por la buena conexión que tiene con el resto de la ciudad.
¿Qué es lo que más te gusta del barrio en el que trabajas?
Que integra muy bien la cercanía de las personas, característica de zonas más pequeñas, con el hecho de estar inmersos en una gran metrópolis. Además, es una zona llena de familias, con adultos mayores y niños.
¿Cómo es de importante Barcelona para vuestra empresa?
La verdad es que Barcelona siempre ha estado muy presente desde nuestros inicios. Tanto, que en 2021 decidimos crear una nueva imagen corporativa y naming: de Fundación ACE nos pasamos a llamar Ace Alzheimer Center Barcelona.
Para nosotros la marca Barcelona es elemental por varias razones. En primer lugar, tenemos la suerte de contar con uno de los mejores sistemas públicos de salud. Por otra parte, en Barcelona desde hace unos años, se ha formado un gran hub de investigación en demencias. Hay hospitales públicos y privados, centros de investigación y entidades y fundaciones privadas dedicadas a ello. Se hace muy evidente en los proyectos internacionales, en los que a menudo encuentras más de un centro de Barcelona.
El quid de la cuestión es sacar el máximo partido de esa iniciativa público-privada y poder dar cauce a toda esa potencia investigadora a través de la co-financiación y la cooperación con las instituciones competentes.
¿Con qué ciudad compararías Barcelona?
Desde mi punto de vista, Barcelona no se puede englobar en una sola comparación: es una ciudad tan poliédrica que, en todo caso, podemos comparar rasgos o formas de hacer con otras ciudades. Por ejemplo podemos comparar la potencia investigadora en salud que hay en Barcelona con las principales capitales europeas e internacionales de la investigación.
¿A qué modelo de ciudad crees que debería parecerse Barcelona?
Creo que Barcelona es un modelo de ciudad en sí. Creo que comparte características con algunas de las capitales europeas más importantes como París o Berlín, pero mantiene el encanto de una ciudad que sabe combinar la historia, el arte, la innovación y la ciencia.
¿Qué buenas prácticas de otras ciudades te gustaría que Barcelona adoptara?
Iniciativas que favorezcan que las personas mayores con demencia estén integradas dentro de la sociedad: que el Alzheimer o la demencia no sea una condena al ostracismo, si no que se pueda seguir participando de la vida en sociedad. Para esto no solo hace falta el apoyo institucional, también una ciudadanía concienciada es clave, así como el apoyo de la red de entidades y asociaciones que ya existe en Barcelona.
¿Qué le pides a la Barcelona del futuro?
Una ciudad inclusiva con la demencia, es decir, que favorezca la investigación y que se apoye desde la administración a las familias que deben convivir con una persona con Alzheimer. Esa es la ciudad que espero que alcancemos en un futuro no muy lejano.
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