Digital Impact, arte digital en el foco
La digitalización de todos los ámbitos de la vida humana es ya una realidad y ha llegado para quedarse. La tecnología construye un nuevo lenguaje y las pantallas y las nubes de datos forman ya parte de nuestra vida cotidiana y, por tanto, de la esfera artística.
En los últimos años, ha habido un claro incremento de exposiciones relacionadas con el arte digital en Barcelona. Sin ir más lejos, el año pasado se celebró la 27ª edición del Simposio Internacional de Arte Electrónico, de ISEA2022 Barcelona, con numerosos talleres y ponencias. Además, IDEAL Barcelona parte de la creatividad digital para ofrecernos proyectos audiovisuales sorprendentes y el Museo Moco cada vez focaliza más en la cultura digital. La actual exposición de Digital Immersive Art es ejemplo de ello.
El Disseny Hub Barcelona también tiene clara la importancia que está cobrando la innovación tecnológica y el nuevo lenguaje artístico y, por ello, presenta Digital Impact, una exposición novedosa, revolucionaria y disruptiva sobre el estado del arte, el diseño digital y la fuerza de la creatividad.
Una experiencia inmersiva
Definir Digital Impact únicamente como una mera exposición artística puede resultar impreciso para algunos, ya que es mucho más que eso. Digital Impact es una experiencia inmersiva desarrollada en un espacio de 4.000 metros cuadrados en la que habita el color, la diversidad de formas y una imaginación sin límites que nos abre las puertas a un nuevo mundo del que aún queda mucho por descubrir y aprender.
Los visitantes de esta experiencia digital, que estará disponible hasta el día 27 de agosto de 2023 en el Disseny Hub Barcelona, podrán explorar numerosas cuestiones que invitan a reflexionar sobre la transformación digital y el arte del futuro mediante las obras de 16 artistas digitales locales y de renombre internacional, como Refik Anadol, Joëlle Snaith, Field, Brendan Dawes, Josue Ibañez o Antoni Arola, entre otros. Todos ellos crean el presente y el futuro del arte digital. En sus obras, la mayoría de ellas creadas exclusivamente para esta ocasión especial, seremos testigos de las nuevas combinaciones entre las realidades físicas y virtuales.
Por otro lado, Digital Impact también ha planeado una gran gama de actividades que concurrirán en toda la ciudad con el apoyo de muchos promotores. Por ejemplo, Refik Anadol y la Casa Batlló revivieron el proyecto “Living Architecture” en la fachada gaudiniana el día 5 de mayo, uniendo el arte digital y el patrimonio cultural de la ciudad en un espectáculo sorprendente. Moritz, cervecería colaboradora de Digital Impact, realizará promociones de la exposición regalando entradas cada primer sábado de cada mes con la compra de otra. Por otro lado, el Gran Teatre del Liceu programará una instalación entre los días 18 y 25 de julio y un concierto de Playmodes, un estudio de investigación audiovisual que trabaja con una mezcla de creatividad software y hardware.
Barcelona, ciudad multimedia
Esta exposición, de carácter temporal y surgida de la colaboración público-privada, posiciona a la ciudad de Barcelona en la vanguardia del arte multimedia. La iniciativa está impulsada por el Disseny Hub Barcelona y apoyada por la regidoría de Turismo e Industrias Creativas del Ayuntamiento de Barcelona y el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya. Además, en esta exposición, colabora también la Asociación de Directores de Arte y Diseñadores Gráficos, MIRA Digital Arts Festival, Mirador torre Glòries, Tram, New Art Foundation, The Hoxton y Loop Barcelona.
La relación entre la ciudad condal y el arte multimedia ya está más que asentada. El Disseny Hub Barcelona se terminó de construir en 2013 y, un año después, abrieron el Museo del Diseño de Barcelona en sus instalaciones. Por su arquitectura peculiar y sostenible, el centro de diseño se ganó pronto el nombre de ‘la grapadora’ entre los barceloneses y las barcelonesas.
El Disseny Hub Barcelona, ubicado en la plaza de las Glòries, lleva casi una década aportando riqueza cultural a la ciudad de Barcelona con sus numerosas exposiciones e, incluso, con su propia estética. No cabe la más mínima duda de que ya es considerado un elemento indispensable para los amantes de la arquitectura y el diseño puesto que es una seña identitaria del impulso arquitectónico que recibió la zona tras los Juegos Olímpicos del año 1992.
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