La celebración del modelo Barcelona

La ciudad, que alojará el Congreso de la UIA el 2026, se convertirá en la Capital Mundial de la Arquitectura ese mismo año

Hay ciudades que son un modelo. No lo son por un único aspecto, sino por la suma de factores que conforman un estado de las cosas difícil de explicar y de simplificar. Un estado que, cuando cristaliza, se revela muy fácilmente. Se ve. Se nota. Se siente.

Una ciudad modelo tiene un tejido social diverso que debe estar soportado por un modelo económico que permita sostenerlo. Esto queda reflejado en un tejido cultural que se expresará por vías diferentes, con medios de expresión diferentes y con cultura de base. La arquitectura construirá tanto el entorno donde esto sucede –calles, plazas, parques…– como los diversos equipamientos necesarios para que esa cultura de base se pueda expresar –centros cívicos, ateneos, teatros populares…–. Construirá el tejido, el espacio público y los edificios que lo conforman.

El Modelo Barcelona ha nacido exactamente así. Es un modelo socioeconómico que ha creado, que soporta, que alimenta un tejido cultural que se traduce en una arquitectura de las más prestigiadas que hay precisamente por todos estos motivos: por sus iconos, por el nivel medio de su tejido y, sobre todo, por la calidad de su espacio público, que es aquello que lo cohesiona todo, aquello que permite que la sociedad se reúna. Un espacio público y unos edificios que han devenido patrimonio, que se han convertido en patrimonio cultural y se han hecho historia; una historia viva, de la que se ve cada día y con la que convivimos cada día. Y con unos arquitectos que han devenido nombres internacionales.

Este modelo es lo que quedará en el centro del Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) que se celebrará en Barcelona en 2026. Es un congreso que se ha logrado gracias a un amplio consenso de esta sociedad civil y que ha empezado por unir a los tres gobiernos (el central, el autonómico y el municipal) a través de sus respectivos organismos responsables. También ha unido las dos instituciones principales de representación de los arquitectos: el COAC y el CSCAE. Este consenso rinde cuentas sobre el soporte social de esta iniciativa.

El congreso, que tendrá como lema ‘One today, one tomorrow’, tomará este Modelo Barcelona, lo estudiará y lo transportará al futuro, usándolo como base para evolucionar lo que ha de ser una ciudad; la nuestra y muchas otras.

La Capitalidad Mundial de la Arquitectura, que recaerá sobre Barcelona ese mismo año, celebrará este hecho. Los arquitectos que han hecho posible este modelo, que lo cuidan, que lo renuevan, que lo investigan, celebrarán esta capitalidad con la ciudadanía. Mostrarán la ciudad, reflexionarán sobre ella, organizarán eventos. Se podrá visitar, y lo que habitualmente es el marco para la vida, es decir, la arquitectura, se pondrá en el centro.

Seremos conscientes de la calidad del espacio formado por nuestras calles, por nuestras plazas, por todos aquellos puntos de encuentro que tenemos, sean a nivel de barrio o de ciudad. Seremos conscientes de aquellos edificios que nos identifican, y de los que nos guardan y nos alojan. Y lo mostraremos al mundo.

La celebración de la Capitalidad Mundial llevará el Congreso a todos y lo visibilizará. Una vez más, Barcelona estará en el centro de los ojos del mundo.

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